Las chicas crecen. También aquella tierna nena colorada de cachetes regordetes y mirada compradora de Cantaniño o Festilindo, que se ganó al gran público a principios de los años 80. La actriz que comenzó a los 6 años en la televisión estará en Mar del Plata con la obra "Enclavados en París".

La actriz que comenzó a los 6 años en la televisión con Cantaniño y estará en Mar del Plata con la obra Enclavados en París, en una impactante producción para Ciudad.com.

Por: Fernando Gatti Twitter: @gatti_fer

Las chicas crecen. También Lorena Paola (40), aquella tierna nena colorada de cachetes regordetes y mirada compradora de Cantaniño o Festilindo, que se ganó al gran público a principios de los años 80.

Igual que la Señora de las cuatro décadas que inspiró a Ricardo Arjona, la artista se animó a una sensual producción de fotos. Y habló de todo con Ciudad.com.

De regreso a la cartelera teatral, la actriz estará desde el 23 de diciembre en el multiespacio 5 Sentidos de Mar del Plata con Clavado en París, cuya producción y elenco encabeza René Bertrand, junto a Gabriel "Pacotillo" Almirón, y contará con el debut en escena de Nara Ferragut, más las presencias de la vedette Florencia Maggi y Hernán Silva.

-¿Cómo te sentís en el rol de femme fatal? Ya sea en las fotos o como actriz…

-La verdad es que yo nunca fui de taparme. Nunca tuve ese complejo. De hecho, en Camarero con cama adentro hice de una prostituta que volvía de Estados Unidos. Así que imaginate... (risas).

-Comenzaste tu carrera artística a los 6 años, pero en el último tiempo te alejaste de los espectáculos masivos… ¿Qué pasó?

-A ver, no es que me bajé de la profesión ni que haya decidido específicamente no exponerme. A partir de 2002 quizás elegí el teatro para hacer muchas giras. A la vez, tampoco surgieron propuestas interesantes para televisión. Entonces, el hecho de estar recorriendo el país con grandes comedias musicales para chicos, no me dejaba tiempo para la tele. Mi trabajo es subirme al escenario y actuar, todo lo demás es circo. Yo soy, fui y seré siempre muy consecuente conmigo misma, leal a lo que me gusta y para lo que nací. La exposición es una consecuencia de la televisión y hay que bancársela cuando a uno le toca. Este año rechacé Celebrity Splash! porque no tenía mucho que ver con mi carrera y Tu cara me suena porque no me daban los tiempos...

-¿Seguís dando clases de actuación?

-Sí, doy lecciones de comedia musical para chicos en zonas donde no hay recursos, son clases gratuitas. Lo hago en el marco de la Secretaría de Cultura de la Nación y es muy gratificante trabajar con nenes carenciados y hacerlos descubrir talentos que no sabían que tenían. Desde el juego, los chicos crecen y aprenden muchísimo, es impresionante la evolución que tienen en el año.

-¿Nunca te sentiste marginada del medio a instancias de los "mediáticos"?

-No, jamás. Son ciclos y hay que adaptarse sin resentimientos. Cada uno tiene que trabajar su interior para estar conforme con lo que hace y luchar para llegar a determinado lugar. Esta profesión es así, antes estaban de moda las modelos conductoras, después las modelos actrices, después los realities shows... Los actores se quejaban, pero son modas y pasan, para estar en este medio hay que entenderlo.

-¿Planeás agrandar tu familia?

-Las ganas siempre están, obviamente. Vamos a ver: si se da la posibilidad, bienvenido sea. Ya tengo a mi hijo de casi 15 años (Luka, fruto de su relación con el periodista Pablo Fernández) y estoy en pareja con Esteban hace 12, por suerte ninguno de los dos no son celosos. Lu me conoció así desde que nació, ja, ja. Los chicos quizá lo joroban conmigo y él me reta por cómo voy producida a buscarlo al colegio, pero nada más. Con mi hijo tenemos mucho diálogo y somos compinches.

-¿Qué pensás de las mujeres que surgen por un affaire y se instalan en el medio?

-Yo no creo que ellas les saquen el trabajo a nadie. Jamás una chica escandalosa podría quitarle el trabajo a una actriz, más allá de que aproveche el momento. Es el juego que vende hoy, con el minuto a minuto es evidente que miden. Hay que aceptar qué es lo que vende en cada momento. Lo importante no es cómo surgen, sino cómo lo mantienen, porque pueden convertirse en otras de las tantas cañitas voladoras que hay en el medio.

-Como actriz prodigio, ¿cómo ves el fenómeno de Martina Stoessel con Violetta?

-Me encanta, todos mis alumnos están a full con Violetta y siempre me piden hacer sus coreografías. No es casual que sea un fenómeno mundial, está muy bien hecho, hay mucho trabajo detrás. Me parece fantástico porque, además, me parece que Tini tiene un gran entorno familiar que la contiene. Es fundamental tener los pies sobre la tierra y mientras tenga claro que forma parte de un circo, es muy difícil que desperdicie su talento.

-Una triste costumbre en el medio es la del famoso "casting sábana". ¿Alguna vez te hicieron una propuesta indecente o la viste con alguna colega?

-Los casting sábana existen en todos lados, en cualquier ámbito laboral, sería una locura negarlo. Suele haber este tipo de ofertas para ascender un poquito más que el resto, cada uno elige cómo llegar. Pero sí, hace algunos años tuve una desubicación, pero creo que se ubicó enseguida. Igual, ya pasó, no quiero nombrarlo porque de hecho en este momento no está en los medios.

-¿Cuáles son tus desafíos a futuro?

-Hay una propuesta atractiva para hacer ficción en tele, pero no quiero adelantar nada porque no firmé el contrato. Para el año que viene también tengo el proyecto de hacer una película. Por supuesto, están la obra Clavado en París y mis clases. ¿Asignaturas pendientes? Yo hice de todo, hasta Matrimonios y algo más, conduje en Utilísima… Creo que pendiente me queda el cine, porque hice sólo una película, Diablito de barrio (1983). Me gustaría tener algún papel jugado. A veces suelen encasillarte mucho en un personaje y es muy difícil salirse, no reniego de eso, pero trato de no caer en el cliché. Por eso también trato de innovar, dentro de lo que se puede.


Producción: Coco Bandicoot.
Foto: Yeyo Balerdi.
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Agredecimientos: Caro cuore, Sweet Victorian, Kosiuko y Natacha.
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