El drama de una docente
Maestra misionera denunció que teme que su ex pareja la mate
“Me amenazó de muerte y a punta de pistola me hizo firmar los papeles para quedarse con la casa y el auto. Estoy desesperada, porque mientras que la justicia y la policía se pasan la pelota, él me va a matar y nadie se va hacer cargo de mis nenas”. Oberá: Quebrada por la angustia, Marisel M., relató en detalle el calvario que padece desde que se separó de su concubino, sobre quien pesa una decena de denuncias por violencia en distintas comisarías y juzgados.
La mujer es maestra jardinera, tiene tres hijas y, desde noviembre del 2008, debió mudarse tres veces y cambiar otras tantas su número telefónico debido al permanente acoso, amenazas y agresiones que sufre por parte de su ex pareja.
El valiente testimonio de Marisel pone al descubierto la triste realidad de cientos de mujeres, víctimas silenciosas de la violencia doméstica, muchas de las cuales chocan con la excesiva burocracia del Estado para atender sus casos.
Cansada de los abusos, decidió romper el silencio y hacer público sus pesares y los de sus hijas, inocentes víctimas de la sinrazón de su progenitor.
Rodeada de algunas colegas, comentó, que “desde la separación no nos deja en paz, mis nenas tienen terror de quedarse solas y que yo no vuelva más, porque varias veces vieron cómo me pega y me lastima”.
Incluso, desde el martes, sus tres hijas la acompañan a la escuela donde trabaja, ya que teme por lo que pueda hacer su ex concubino.
Ayer, durante la charla con El Territorio, Marisel se quebró varias veces y entre lágrimas relató la pesadilla que está viviendo. Contó que el martes por la mañana, mientras esperaba el colectivo para ir a la escuela, su ex concubino la atacó a golpes de puño delante de sus hijas y algunas colegas de trabajo.
“Me vio en la paradita, estacionó la camioneta de su trabajo y fue a pegarme. Dijo que me vaya de Oberá, porque me va a matar, y se fue”, aseguró con lágrimas en los ojos.
Tras el ataque, se dirigió a la Seccional I en busca de ayuda, pero en la guardia le dijeron que por una cuestión de jurisdicción debía trasladarse a la Seccional III, ubicada en el otro extremo de la ciudad.
En ese sentido, la mujer se preguntó: “¿Qué esperan las autoridades? ¿Qué me mate? Si ya me pegó varias veces y me amenazó con un arma. Después va ser tarde y me preocupan mis nenas”.
A partir de la separación de la pareja y los hechos de violencia, Marisel y sus hijas debieron mudarse tres veces porque el hombre las persigue.
“Entra a la casa y me pega, a pesar de que hay una orden judicial que le prohíbe acercarse a 300 metros de nosotras”, puntualizó la mujer. Según corroboró este medio, existen varias denuncias penales contra el agresor en los Juzgados Civil y Comercial Nº 1 y en el Juzgado de Instrucción Nº 2 de esta localidad.
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