Por Alberto Medina Méndez

La genuina inclusión social

El vocabulario político contemporáneo ha incorporado el concepto de "inclusión social" como una autentica demanda que recorre el planeta con diferente éxito. No lo ha hecho de un modo neutral, sino desde una apropiación ideológica claramente intencional.

La demagogia populista de este tiempo, con sus matices, intenta darle un sesgo a esa definición, un contenido que posibilite la confiscación del término, aunque su ineficacia serial e hipocresía manifiesta se están ocupando a diario de colocar las cosas en su justo lugar.

Utilizan este supuesto simpático recurso dialéctico para oponerlo como contrapunto a la exclusión. Construyen entonces un enemigo virtual y lo describen como ese sector de la sociedad que deliberadamente fomenta la existencia de marginados por estricta conveniencia.

En realidad, los que desean que eso suceda, son los mismos que esbozan ese discurso. Precisan de los excluidos para utilizarlos como rebaño y para que masivamente los acompañen en cada turno electoral legitimando con votos sus mayorías circunstanciales.

Cuando hablan de inclusión pretenden transmitir la idea de una sociedad más integrada poniendo en funcionamiento un sinnúmero de herramientas que se sostienen sobre un gigantesco clientelismo demasiado elemental.

La tarea consiste en entregar donativos, repartir favores y distribuir subsidios, aunque se esmeran en presentar estas sombrías prácticas como ayudas, auxilios o compensaciones, fortaleciendo la visión de que se trata de un derecho natural de todos, que no debe ser cuestionado.

Lo que no dicen, es que la gente tiene derecho a la posibilidad de ganarse con dignidad su sustento. No necesita de canallas que le regalen nada, mucho menos si lo hacen con recursos del resto de los ciudadanos a los que previamente han saqueado, quitándoles coercitivamente una parte importante del fruto de su esfuerzo y apelando para ese deplorable objetivo a su infinito arsenal de impuestos.

No se protege a los pobres regalándoles dinero a cambio de ningún esfuerzo, ni convenciéndolos de que eso les corresponde solo porque nacieron en determinado territorio. No se defiende a un ciudadano, haciéndolo sentir un inútil, alguien que solo puede recibir limosnas porque no sirve para nada.

Con ese método solo se humilla, se degrada y se condena a un ser humano a un nivel de dependencia del resto de la sociedad, que nadie merece.

Pero esa dinámica no es casual. Ha sido especialmente diseñada y no precisamente por sensibles dirigentes, sino por perversos estrategas que pretenden establecer un vínculo político con ese sector postergado de la sociedad, sometiéndolos por tiempo indefinido para cumplir con sus propias metas electorales.

Esos gobernantes no dejan nada librado al azar, necesitan de rehenes, y se ocupan de instalar la idea de que deben seguir en el poder, ya que de otro modo los excluidos, no tendrán futuro. Se pasan horas perfeccionando esa cruel relación con la gente, de absoluta subordinación política.

Los que menos tienen solo necesitan una oportunidad para desarrollarse por ellos mismos. Si los gobiernos y las sociedades pretenden realmente asistir porque entienden que esa es su obligación moral o por mera solidaridad humanitaria, lo mejor que pueden hacer es dedicarse a romper con ese círculo vicioso que no permite prosperidad y que sentencia a muchos a una atroz pobreza crónica.

Para lograr una legítima inclusión social se necesitan condiciones especiales que requieren de una férrea decisión política y una convicción a prueba de todo.

Se precisan capitales en abundancia, inversiones significativas, fuentes de empleo de gran diversidad, pero sobre todo reglas de juego claras y estables con un marco jurídico capaz de proteger la propiedad privada.

Abundan ejemplos en el mundo que lo demuestran de forma irrefutable, aunque algunos prefieran ignorarlo.

No se sale de la pobreza con buenas intenciones, sino con políticas alineadas con el objetivo. Los que hablan de inclusión pero recurren a la dádiva como instrumento, solo quieren esclavos electorales.

Si se pretende una sociedad más justa, repleta de oportunidades para el desarrollo de los individuos, habrá que tomarse con más seriedad el asunto y comprender que la contribución con mayúsculas consiste en permitir a los ciudadanos forjar su propio futuro, quitándoles las múltiples interferencias que el sistema le propone a diario y estimulándolos a construir sus sueños sin que nadie les señale permanentemente que son ineptos e inservibles.

Buena parte de la responsabilidad de este presente patético, la tiene una comunidad que por ignorancia, ingenuidad o pereza mental termina siendo extremadamente funcional a la incubación de una inaceptable servidumbre electoral.

Por cierto, el camino que se debe recorrer es mucho más difícil que la retorcida fantasía que formula el populismo moderno. Hacer las cosas bien implica sortear un sendero plagado de escollos, sinsabores y demasiada incertidumbre, pero no existe otro modo sensato para lograr una genuina inclusión social.

- FUENTE: INFOBAE -
http://opinion.infobae.com/alberto-medina-mendez/2014/02/02/la-genuina-inclusion-social/


Volver

 
Temp.: 18,4º - H: 96,0
ARCHIVO
Links amigos
Altura de los ríos
1) Paso de los Libres - 2,46 mts.
2) Yapeyú - 2,55 metros
3) La Cruz - 2,96 metros
Mercosur
1974 - 31 de Octubre - 2023
Nosotros, "juntos siempre"
Eventos | "En esa etapa difícil y hermosa de una juventud compartida, en aquel momento de nuestras vidas, con tantas formas de querer decir lo que sentíamos, tan solo tuve que decirlo". Un nuevo aniversario juntos, Graciela Ugartemendía y José Elpidio Romero.
Amistad sin Fronteras
Emoción, lágrimas y aplausos en la despedida a Nilo y Ana Meri
Eventos | Un rico almuerzo criollo en el Establecimiento “La Esperanza", en donde los anfitriones, "Pacucho" Batalla y Familia, prepararon el agasajo para despedir a Nilo Silva y su esposa Ana Meri García, que vuelven a su país de origen después de más de 30 años trabajando en la Argentina. “No estaba queriendo él ningún consuelo, tampoco ella, y si ahora lo vimos llorar, es por la nostalgia que ya comienza a sentir cuando se encuentren lejos, pero muy cerca siempre de todos nosotros. Su llanto no es ningún llanto, porque no es de tristeza y dolor, aunque las lágrimas que se derramaron acá, son fruto de un hermoso sentimiento que se llama hermandad”.
En Paso de los Libres
Grupo Farmacéutico Avancini
Eventos | Cordialidad y atención personalizada. Obras sociales y todas las mutuales. Sus farmacias de confianza. A la vanguardia en toda la región -
Opinión
Espectáculos
La protagonista de Dinastía
Linda Evans, belleza, talento y glamour
Notas periodísticas | La actriz estadounidense Linda Evans ha tenido una exitosa carrera de más de 3 décadas y se ha convertido en una de las actrices más queridas de la televisión. Es conocida principalmente por series de televisión, y sus papeles más recordados son los de Audra Barclay en la serie Valle de pasiones y Krystle Carrington en Dynasty. Retirada del mundo del arte desde 1967, luce muy bien para su edad y lleva una vida bastante tranquila. Estuvo casada con el productor cinematográfico y exmarido de Ursula Andress, John Derek. Actualmente reside en Tacoma y dirige una cadena de gimnasios.
© Copyright 2008-2009 www.imagendeprensa.com.ar | All rigths reserved | Paso de los Libres - Corrientes - Argentina
CONTACTO | imagendeprensa@hotmail.com
Sistema PeGaSuS - DESARROLLADO POR www.chamigonet.com.ar