Polémica por clasificación de Francia
La FIFA cerró el caso, no el conflicto
Oficialmente anunció que no se repetirá el partido entre Irlanda y Francia; la decisión no frenó la reacción de la opinión pública mundial. ZURICH.- Había un pedido oficial por parte de Irlanda ante la FIFA para que el controvertido partido de vuelta entre su selección y la de Francia –que igualó gracias a que en la jugada del gol, Thierry Henry acomodó la pelota con la mano– se jugara nuevamente. La máxima entidad del fútbol se pronunció de manera contundente: "El resultado del encuentro no puede ser cambiado ni anulado".
Al descartar la apelación de la federación irlandesa (FAI) y la presión de figuras del fútbol mundial, la FIFA señaló que no podía interferir y confirmó la decisión del árbitro sueco Martín Hansson de avalar el gol de William Gallas en el tiempo adicional, que le dio al seleccionado galo el empate 1-1 y el pasaje directo a Sudáfrica 2010.
"La FIFA comunica que no es posible cambiar el resultado ni repetir el partido. Como claramente establecen las reglas del juego, durante los partidos, los árbitros toman las decisiones, y esas decisiones son inapelables", advirtió el organismo, en su respuesta a la federación irlandesa.
La FAI decidió "apelar a la Federación Francesa de Fútbol [FFF] para que se una a ella, así como a los capitanes de los equipos francés e irlandés, Thierry Henry y Robbie Keane, para solicitar a la FIFA un nuevo partido, que preservará la integridad del juego en todo el mundo y el orgullo del equipo nacional francés", dice en un comunicado.
"El Consejo de administración subraya que la FFF anunció que se plegaría a cualquier decisión de la FIFA, sea cual fuere, y que acogió favorablemente las declaraciones del capitán del equipo francés, quien dijo que volver a jugar el partido sería lo más justo", añadió. Por su parte, la federación francesa, tras las numerosas reacciones, señaló: "Esta decisión de la FIFA reviste autoridad, por lo que se impone a las dos federaciones".
El mismo ministro de Justicia irlandés, Dermot Ahern, expresó su deseo de volver a reclamar ante el órgano dirigido por Joseph Blatter. "Ellos seguramente no lo concederán al ser nosotros unos pececillos en el mundo del fútbol, pero pongámoslos en un aprieto", dijo Ahern, un apasionado aficionado al fútbol, que opinó que su selección "fue robada".
Como era de imaginarse, las reacciones en el planeta viajaron de un punto a otro en el Viejo Continente. Un gran número de periodistas se concentró en el Camp Nou, a la espera del protagonista de una escena que recorre el mundo.
Henry se mantuvo discreto a su llegada por la mañana al estadio de Barcelona, donde entró directamente en el estacionamiento del subsuelo con su camioneta de cristales ahumados, sin detenerse ante los numerosos fotógrafos y periodistas que lo esperaban. Una corresponsal irlandesa desplegó frente al ingreso una gran pancarta en que le exigía "pedir perdón" al pueblo de Irlanda.
En un comunicado publicado en Londres, Henry estimó que volver a disputar el partido sería "la solución más justa", pero añadió que esa decisión no la podía tomar él.
Los propios franceses se mostraron avergonzados por la forma en la que su selección logró el boleto para Sudáfrica. La ministra de Finanzas, Christine Lagarde, aseguró hoy también que el partido debería repetirse. "Por supuesto que estoy feliz de que Francia se haya clasificado", dijo Lagarde a la radio RTL. "Pero es una pena hacerlo con una trampa así. La FIFA debería revisar sus normas y, quizás, en circunstancias así, repetir el partido."
Por ahora, así las cosas, un manto de oscuridad se interpuso entre la opinión pública mundial y los hechos.
DPA, AFP y AP
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