Espionaje político
Apresan al ex jefe de la policía porteña y echan a su segundo
Se agrava la crisis en el gobierno de Macri. Jorge "Fino" Palacios está acusado de hacer escuchas telefónicas ilegales; al subjefe de la fuerza, Osvaldo Chamorro, lo removieron por investigar a funcionarios y a dirigentes opositores. El ex jefe de la Policía Metropolitana de Mauricio Macri, el comisario mayor retirado Jorge "Fino "Palacios, quedó detenido anoche acusado de haber participado en las escuchas telefónicas ilegales realizadas a Sergio Burstein, familiar de una de las víctimas del ataque a la AMIA.
La detención de Palacios, que fue el hombre fuerte de la Policía Federal en la investigación del atentado terrorista, se concretó el mismo día en que el gobierno porteño echó al segundo de la fuerza, Osvaldo Chamorro, cuando se comprobó que en su computadora había registros de investigaciones sobre el patrimonio del jefe de gabinete de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, y de legisladores de la oposición.
Macri, de viaje en España, fue informado de estas novedades y ordenó que le pidieran la renuncia a Chamorro, con lo cual los dos jefes que había nombrado en su flamante policía terminaron fuera de sus cargos antes de que los agentes salieran a la calle.
El juez federal Norberto Oyarbide, que indagará hoy al mediodía a Palacios, explicó ayer su decisión: "Había trascendido por algunos medios que [entre los datos que había en la computadora de Chamorro] estaban los datos muy específicos y personalísimos de nuestra señora Presidenta y de su esposo". Agregó que todo eso se lo debía confirmar la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE).
Anoche, fuentes judiciales dijeron que no hay indicios de que se haya intentado espiar a los Kirchner o de que se haya usado Nosis, la base de datos comerciales revisada con la computadora de Chamorro, para seguir el patrimonio presidencial.
De todos modos, Oyarbide no dudó en calificar el sistema de escuchas ilegales realizadas por Ciro James, ex agente de inteligencia de la Policía Federal y subordinado de Palacios, como "una verdadera Gestapo" y consideró el tema "altamente delicado". Palacios está acusado de haber invadido la intimidad de Sergio Burstein, al escuchar su teléfono, de haber participado en falsear en cuatro ocasiones las constancias de causas judiciales de Misiones en las que se ordenaron esas escuchas telefónicas y de abuso de autoridad agravado.
El fiscal Alberto Nisman había pedido la detención del comisario mayor retirado, hombre confiable para el FBI y la DEA, sólo por las escuchas a Burstein, realizadas por James, quien también trabajaba para el gobierno porteño.
Pero se comprobó que además fueron intervenidos teléfonos de empresarios, de ejecutivos y de sus esposas en lo que parece ser la provisión de un servicio privado de espionaje, ilegal. Entre los escuchados estaban el empresario Carlos Avila; cuatro ejecutivos de Supermercados Coto; Sergio Leonardo, cuñado de Mauricio Macri; un anticuario, y el hermano de Juan Navarro, del grupo Exxel.
El arresto de "Fino" Palacios se precipitó ayer cuando sus abogados Diego Richards y Diego Fernández Alonso pidieron a Oyarbide su eximición de prisión, es decir que -con una caución- se le concediera el beneficio de declarar sin riesgo de quedar detenido.
Pero Oyarbide rechazó anoche, a las 20.30, el pedido y Palacios decidió entregarse. Sus abogados lo llevaron al vacío edificio de Comodoro Py 2002, donde el juez en persona lo notificó de su arresto y una comisión policial lo trasladó hasta la comisaría 46a., situada detrás del edificio judicial de Retiro, donde pasó la noche.
Las evidencias que llevaron a Nisman a pedir la detención de Palacios se basaron en sus contactos telefónicos con Ciro James, el abogado a quien le secuestraron en su casa una valija de espionaje telefónico y cámaras utilizadas para vigilancia.
El fiscal entendió que cada llamada se realizaba en momentos clave de la intervención, por ejemplo cuando la Justicia la autorizaba o cuando se conectaba la línea.
Hernán Cappiello LA NACION
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